domingo, 24 de julio de 2011

EL GUISO DE LENTEJAS

Un día, Diógenes estaba comiendo un plato de lentejas, sentado en el umbral de una casa cualquiera. No había ningún alimento en toda Atenas más barato que el guiso de lentejas. Comer guiso de lentejas significaba que te encontrabas en una situación de máxima precariedad.

Pasó un ministro del Emperador y le dijo:” ¡Ay Diógenes! Si aprendieras a ser más sumiso y adular un poco más al Emperador, no tendrías que comer lentejas”.

Diógenes dejó de comer, levantó la vista y, mirando intensamente al acaudalado interlocutor, comento: “! Ay de ti, hermano! Si aprendieras a comer lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.

1 comentario:

  1. Hemos recurrido desde principios de nuestros tiempos a ser aduladores para conseguir de una "manera fácil" lo que queremos, no nos detenemos un minuto a pensar ciertas cosas, como por ejemplo: "amor propio", "integridad", "satisfacción de alcanzar cosas por nuestros esfuerzos". Hemos dejado nuestra dignidad incluso con tal de "vivir bien". muchas veces me pregunto: ¿Por qué caemos tan profundo? hace mucho tiempo que no reconozco a las personas, desde pequeña pensé que eramos de otra manera, y ahora de grande veo que no. ¡Me quedo siendo Diogenes y saber que soy auténtica, que brillo con luz propia, aunque muera comiendo lentejas!

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